Un defecto

-¡Ahhh tengo hambre!- Gritó el castaño que estaba acostado en su trampolín.
-¿Entonces por qué no bajas y comes algo?- Se quejaba su amigo mirándolo con los brazos cruzados desde la puerta
-¿Qué? ¡No! Mis piernas no responden- El más alto solo frunció el ceño
-Ni pienses que te traeré algo- Se va cerrando la puerta, el más bajo ni lo miró. Rigby sabía que su flojera iba más allá de los límites, pero no podía evitarlo, así era él.
-De todas formas no te pedí nada- Claro, sus personalidades chocaban, eso era algo que ponía en muchos conflictos a ambos, sin embargo el castaño no quería ponerse a pensar en sus problemas. Se durmió sin abrigarse ni nada.

Pero luego de 15 minutos se despertó bruscamente, su estómago le dolía. Con mucha molestia no tuvo más opción que bajar al primer piso. Ya el hambre se apoderaba de él, pero al comenzar a bajar las escaleras vio a Mordecai esperándolo con una sonrisa ¿Satisfecha?

-Eh ¿Por qué sonríes? - Se quedó quieto en el tercer escalón.
-Sabía que bajarías-
-Bajé porque tengo mucha hambre, no porque sea productivo- Mordecai rió, bien, ahora eso ya asustaba
-Claro, ahora ven- Le indicó con la mano que lo siguiera, Rigby lo siguió donde le indicaba, y terminaron en la cocina
-Bueno...- Mordecai le dió una bolsa antes de que terminara, se sentía algo pesado. Rigby abrió un poco la bolsa y vio un sandwish de albóndigas, Rigby le dio la bolsa rápidamente, el más alto le observó algo confundido
-No sé que te pasa, pero es que: Primero te ries de nosequecosa y despues me das un sandwish ¿Es que quieres un trato conmigo?- Mordecai dejó la bolsa en la mesa para contestarle
-¿Es que no puedo ser detallista contigo?- Rigby alzó una ceja
-Ah, mira, sé que eres muy flojo y eso es algo irritante...pero ¿Sabes qué? no me importa, aun con todos los defectos que tienes me gustas- Rigby volteó el rostro con las mejillas un poco rojas
-¿Y sabes qué? No pienso cambiar así me obligues- Cogió el sandwish, se fue de la cocina para irse a la sala y sentarse, ahí comenzó a comer su emparedado, mientras que Mordecai suspiró y se sentó. A ambos siempre, siempre, SIEMPRE le entraban unos nervios cada vez que hablaban de su romance, para él era más fácil, pero para Rigby no, se le notaba a simple vista su incomodidad con tal tema. Observó a Rigby de lejos, lo veía inexpresivamente, pero se puso a pensar...

...

-Si dice que me quiere es porque me quiere, aún si soy un vago- Por alguna razón Rigby se sintió triste, una vez pensó en cambiar por Mordecai, pero lo descartó porque su orgullo estaba primero, aunque luego pensó que por no ser alguien perfecto ya el mayor lo dejaría...su mente era complicada 
-No cambies...-Pensó Mordecai yéndose de la cocina y dirigiéndose a su habitación.